“Putin”, el nuevo biopic de Patryk Vega, llega a los cines para revelar el ascenso y la caída del líder ruso en un retrato polémico y ambicioso. Ya está en salas de cine de Bucaramanga.

Publicado por: Redacción Cultural
Durante más de veinte años, el nombre de Vladimir Putin ha estado ligado al destino del mundo. Sus alianzas, sus guerras y sus decisiones han dejado huella en la política global, convirtiéndolo en un personaje imposible de ignorar: admirado por unos, rechazado por otros, siempre rodeado de controversia. Ahora, el cineasta polaco Patryk Vega se atreve a ponerlo bajo el lente de la ficción con “Putin”, un biopic tan ambicioso como polémico que intenta descifrar las muchas máscaras de un líder moldeado en la dureza del poder absoluto.
La película, presentada en el Festival de Cannes 2024, no pasó desapercibida: su audaz mezcla de documental y ficción desató intensos debates entre la crítica. Un año después, en 2025, el filme llega a los cines del mundo y en Colombia se exhibe bajo la distribución de Cine Colombia.
Rodada en escenarios que van desde Polonia hasta Siria, pasando por Malta, Ucrania, Israel, Jordania y Rusia, la cinta recorre más de seis décadas en la vida de Putin. Lo muestra como un niño que crece en la dureza de la posguerra en Leningrado, lo sigue en su formación dentro de la KGB y lo acompaña en su ascenso fulminante hasta las esferas más altas del Kremlin.
Pero Vega no se conforma con una biografía lineal. Prefiere dar un salto al futuro y construir una narración estilizada en la que el poder y la ambición que llevaron a Putin a la cima se transforman, poco a poco, en las mismas fuerzas que lo arrastran hacia la caída.
El tono de la película juega constantemente con el límite entre lo real y lo imaginado. Hay escenas recreadas que parecen extraídas de la historia oficial y otras que bordean la sátira, desafiando la imagen de hombre fuerte que el propio Putin ha cultivado. Vega mezcla archivos históricos con secuencias ficticias y, en ese cruce, dibuja un retrato que revela tanto la fragilidad como la brutalidad de un líder autoritario.
El director, conocido por su mirada implacable a la violencia y la corrupción en filmes como Pitbull o Polityka, lleva aquí su apuesta más lejos: “Putin” es su proyecto más arriesgado, pensado no solo para narrar una vida, sino para abrir un debate sobre el poder y cómo lo representamos en el cine.

Un Putin digitalizado
Uno de los elementos que más ha dado de qué hablar es la tecnología de vanguardia usada en el rodaje. En colaboración con el estudio AIO, Vega desarrolló un sistema que permite ver en pantalla a un Putin niño, joven y adulto, todos interpretados por el actor Slawomir Sobala, sobre cuyo cuerpo se proyectó digitalmente el rostro del mandatario ruso. El resultado es un retrato inquietante, hiperrealista y, al mismo tiempo, profundamente estilizado.
El reparto se completa con Tomasz Dedek, Justyna Karlowska y Thomas Kretschmann, quienes encarnan a figuras clave en la vida del presidente ruso, aportando densidad dramática a una historia que mezcla lo íntimo con lo geopolítico.
Publicidad
La recepción no ha sido indiferente. La crítica ha descrito a “Putin” como un híbrido extraño y fascinante: parte sátira política, parte reconstrucción histórica, parte denuncia del autoritarismo. Mientras unos celebran la valentía de la película por desnudar los mecanismos del poder, otros advierten sobre el riesgo de convertir a un líder autoritario en objeto de espectáculo.
En Cannes, las discusiones fueron encendidas. Varios críticos coincidieron en que, más allá de Rusia, el filme habla del peligro universal que supone concentrar el poder en una sola persona.
Con su apuesta visual entre lo clásico y lo experimental, “Putin” ya está en cartelera en Colombia. La película desafía al espectador a pensar en los límites entre la historia y la ficción, a reconocer la fragilidad de los líderes que se presentan como indestructibles y a preguntarse hasta dónde puede llegar el cine cuando se atreve a mirar de frente a los tiranos.















